Final

Cuando se acerca el final las imprudencias se tornan impunes.
La expresión emerge.
Las palabras gritan.

En el principio no suele ser así.
Y cuando el final se termine y de a luz un nuevo comienzo, tampoco pasará.

Ojalá pudiera mesurar las acciones y no recurrir al vértigo de la crisis para poder simular que tengo algo de valor. En el final no hay miedo, si lo hay no se trata del final.

Hace días que vengo con esta idea en la cabeza y no tengo ningún tipo de pena al respecto. Es una de las mejores claves para saber en qué lugar uno está parado.

Los viejos concuerdan en que es mejor arrepentirse de lo que uno hizo y no de lo que dejo de hacer.

Mi lista de arrepentimientos va exponencialmente en esa dirección.
Lo cual solo significa que siempre va a haber arrepentimientos, porque cuando estás tan seguro de hacer algo, probablemente más tarde te arrepientes de no haberlo hecho antes.

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