Canciones son hechizos

Hace muchos años que no escribo canciones. Mis canciones siempre fueron mi manera de desahogarme, de sacarme la tristeza de encima.
Hubo tiempos en los que simplemente, no me permitía escribir canciones. A veces las palabras que te ayudan a desahogarte salen sin filtro, y la música que te ayuda a desahogarte nace sin elección de género. Y luego tenés como resultado una cumbia con una letra digna de una canción de Pimpinela, y es lo que te hace bien y lo que sale de vos en ese momento, pero no necesariamente por lo que querés que los otros te conozcan como autor o compositor.
Mostrar canciones propias es otro tema. La música y la letra pueden ser perfectas para vos, para tu situación en particular, pero salvo que seas una gran personalidad y la gente pague por conocer tu vida privada, ese tipo de canción no capta mayor público que vos mismo. Y nació para eso.
Pero de lo que quiero hablar es del poder de la canción.
Cada canción es como un hechizo. Si te la pasás cantando una canción triste, tu vida se va a convertir en eso. Suena ilógico, pero es así. Otras personas que escriben canciones también lo han comprobado.
Mi inspiración siempre fue el amor y la tristeza. Mis canciones no me llevaron a buenos puertos.
Así que un día dije "Esto me está haciendo mal" y agarré mi última canción, le cambié la letra, y en lugar de una canción sobre una relación que no funcionó, tuve una canción esperanzadora que hablaba de conocer a alguien más, a un amor de verdad.
Unos meses después, conocí a mi novio. Y no volví a escribir más canciones tristes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario